Vayamos por partes:
- Menos mal que tu novio es vergonzoso y tu, ni corta ni perezosa, vas y le haces un primer plano bien cerrado a los ojos. ¡Olé! En la segunda foto el recorte se centra en el primer plano y la vista se nos va al ojo enfocado. Queda el retrato algo descompensado. En la primera el retrato "respira" un poco más, es menos asfixiante y la composición es más equilibrada. Pero tampoco está bien resuelto el retrato. Además la foto tiene un tono naranja que tienes que corregir en el balance o desaturar para que quede más natural y agradabe a la vista.
- Ya que tu novio es vergonzoso aprovecha esta característica y vuélvela a tu favor para retratarle. No valen excusas. También puedes proponerle que el te haga algunos retratos para que se vea detrás de la cámara. Tampoco valen excusas: es un simple juego. Asímismo, cuando vayas a afotarle, dale elementos para que se encuentre cómodo: por ejemplo, que consulte los correos o sms de su móvil, que lea un periódico o la publicidad que acabas de coger del buzón, que mire y se centre en algún elemento del entorno, etc, etc. Eres tú la que tienes que marcar el ritmo y la que te tienes que mover alrededor de él para retratarle. Teniendo en cuenta las luces y todas esas cosas.
- "...el retrato no se me da nada bien ": ¿por qué? ¿Te has hecho esta pregunta en serio? Las dificultades del retrato las ponemos nosotros. ¿Sabes mirar a las personas? Si contestas sí, entonces sabrás fotografiar retratos. La cámara es una herramienta. El retrato lo tienes en tu forma de mirar, de pensar, de imaginar y razonar en el cerebro lo que quieres fotografiar. Piensa en ello. Así que ¡ANIMO!