Lo primero reiterarme en el agradecimiento por fijaros en la imagen que subí el otro día, por pasaros a verla y por contribuir con vuestras opiniones (al margen de que pueda no compartirlas) a que todos nos replanteemos algunas cosas y aprendamos, quizá, otras.
Primera Parte:
Como dije también hace unos días por
mi manera de obtener ese tipo de fotos, cuando viajo o visito sitios, yendo con familia o amigos y no pudiendo parar demasiado, saco de mi el instinto que pueda haber cultivado durante años y obtengo, de la práctica fotográfica, el mayor disfrute que me da; por supuesto también se hacer fotos más pausadamente, también prepararlas y también, como no… hacerlas al vuelo.
Pero en éstos casos no es así, los condicionantes no se limitaron a las quejas que todos conocemos, de los acompañantes, a su presión “por avanzar” sino también a la gente (no poca) que estaba en la calle (aunque en la foto no se vean…) a sus sombras “estropeando” la luz del enlosado o a quienes (que también los había) querían entrar en la tienda o fotografiar con sus móviles o cámaras la bicicleta colocada a modo de delicioso reclamo.
En fin que entre que miras de reojo para no despistarte de los acompañantes, seleccionas al vuelo cámara y óptica, en éste caso un ultra-granangular, te arrimas al sujeto para “marcar” que lo vas a fotografiar pero das dos pasos atrás para hacerte hueco entre la gente, esperas un lapso para que aquella señora que se metía en el encuadre más al fondo sacase su sombra del mismo, te aseguras con un último vistazo de los ajustes que traías y en “cero-coma” ya a través del visor levantas un poco más la cámara, la cabeceas, pero la nivelas para evitar convergencias extrañas, disparas una foto y miras la previsualización por si hubiera alguna “pifia” mientras mantienes la posición por si hubiera que “amartillar” de nuevo y aún lo haces por si acaso, por que finalmente la señora “se salió” y te dio más margen pero hay otra pareja que viene lanzada a “meterse”… respiras, levantas la cabeza y buscas de nuevo al grupo y aún piensas en si podías haber hecho otra captura distinta pero nuevamente vuelves a ver… otra cosa… otro rincón… otro detalle y te dices “ésta para el tele corto” y ya estás otra vez, “en el lío”…
Luego un día las ves en el ordenador y tienes un rato para subir algo y eliges… “ésta”, un “recortito” (por la señora y su sombra…)… a ver… pero conservando ésta fuga… y ésta línea que vaya a la esquina… y déjame levantar un poco la sombra (de momento siempre en JPG… y que me dure…) sin que se quemen los blancos… bueno… que son poca área… venga otra “pizca”… pelín de máscara… que siempre la llevo baja en las cámaras… guardar como… redimensionar a 1024 y a subir… ¿y cómo la llamo…? a ver… ¿en qué grupos…? Y las etiquetas ¡¡vaya rollo…!!! …pero quiero ponerlas, que es sólo elegirlas… venga… ya está… cambiar la visibilidad a “pública” y… ¡voilà!… ya está hecho.
Ése es “mi flujo de trabajo”… desde la atracción por la escena a la publicación en
Flickr… francamente… que luego alguien te diga, con la mejor intención, eso sí, que si tenías que haber buscado otros ángulos y encuadres o haber capturado varias opciones pues…
con todo el respeto… te da la risa…
Segunda Parte:
En serio, las quedadas y encuentros están bien, pero a la gente (tanto más cuanto más nuevos son en esto) se les olvida (o aún no lo han aprendido) que
la fotografía es una práctica creativa INDIVIDUAL, no conjunta, el fotógrafo puede pedir opiniones (sobre todo al principio) y agradecerlas, pero si sabe tras de lo que anda (aunque no persiga altas metas) será él quien haya tomado las decisiones individualmente y salvo excepciones será esa la foto que él quería hacer (más o menos conscientemente) e incluso puede haberle “salido mal” porque no cambió el ISO tras salir de aquella iglesia o se dejó puesta una velocidad muy lenta pero aún para la "papelera de reciclaje"… disparó sobre lo que quería y cómo quería (así debería de ser) y no sobre lo que les gusta a su grupo de amigos o con la estética que ellos suelen hacerlo.
Hay quién le llama “estilo” a eso y parece no tener lugar cuando se trata de humildes aficionados pero yo estoy convencido de que sí lo tiene, quizá sea una cuestión de años de experiencia pero, en serio, aunque finalmente se publiquen fotos, lo suyo, al menos así lo creo yo, es que las hagas por que te gusten a ti y para verlas tú y si luego resulta que a tu mujer, tus hijos, tus amigos, tus compañeros de afición, tu editor, el jurado de aquel concurso ó el comisario de aquella sala también les gusta pues… enhorabuena… y si ese día además aún estas vivo y puedes ir tú a recoger el reconocimiento… pues mejor… pero en serio, haz las fotos para ti y para nadie más, te tienen que gustar a ti y así algún día quizá… tu obra también le guste a los demás.
Eso puede que no suceda nunca pero si sucede estad seguros de que ese será el orden y no al revés pues si intentásemos hacer fotos (o lo que sea…) para que le gusten a los demás, muy probablemente, nunca llegarán a gustarnos a nosotros y en conjunto, nunca llegaremos a hacer nada que alguien pueda llegar a reconocer como nuestro.
A ver, si uno es honesto consigo mismo y busca “ser autor” de su propia obra, tendrá una componente inicial que habrá sabido cultivar y desarrollar al tiempo que acogía o rechazaba influencias de otros pero qué él dosificaba de un modo más o menos consciente, si así lo ha hecho todo ello estará presente cada vez que decide con qué cámara salir de casa, por qué acera paseará de la calle y hacia qué escenas mirará , también se dejará seducir por según que luces y atenderá a según qué acciones de “los otros”, ya sean personas, nubes o perros y si así lo hace, antes o después verá escenas que le atraerán y como en la primera parte de éste ya largo artículo procederá a capturarlas de modo casi instintivo, como instintivo es aplicar la experiencia a decisiones que se toman en cuestión de segundos…
Y nada de eso es casualidad… hecha la toma y cuando le llegue la hora de verla… las habrá que vuelvan a llamar su atención y las habrá que no, las habrá que revelen errores que no se vieron, una mancha de color, un enfoque deficiente o lo que sea y hasta las habrá que no se esperara que salieran “tan bien”, en todo caso, hasta éstas, si el autor lo ha sido de verdad le mostrarán veladamente las razones que para ello (para gustarle a él) contienen en su interior.
Y eso es lo que voy analizar ahora… en el caso de la foto que nos ocupa.
Tercera Parte:
Si ante aquella situación y condicionantes descritos fue esa la imagen que fotografié es que era esa la que quería sacar, pero aunque en aquel momento no reparé, salvo instintivamente, en las razones para ello, ahora con más calma y tras
el análisis compositivo paso a determinarlas…
Veamos, me he tomado la molestia de dibujar un esquema para referirme mejor a los elementos y líneas que he podido encontrar en la foto… espero que se me entienda.
131026S-Análisis compositivo. por
eznado, en Flickr
La fotografía es de
formato cuatro tercios y
composición vertical, se tomó en
Allariz, una bella localidad de
Orense de calles enlosadas con grandes piedras y edificios de arquitectura centenaria, con sillares erosionados por el aire y la lluvia que en invierno seguro hacen estragos en sus superficies. Por alguna extraña razón que aún no alcanzo a comprender, en ésta pequeña ciudad hay una gran cantidad de comercios más propios de ciudades más grandes, capitalinas, tiendas de ropa de diseño y firmas que tienen en ella sus “outlets”, cuidadosamente decorados e instalados, ya digo, como si se tratase casi del mismo
Paris… (ahora comprenderéis mejor el por qué de las prisas de “los acompañantes”… jajaja…).
Pues bien, estos locales, en particular los instalados en edificios más antiguos de carácter patrimonial no pueden permitirse el “pasar desapercibidos” y buscan llamar la atención del viandante con recursos decorativos como el de la foto en cuestión, una bicicleta de aspecto clásico de colores “a juego” con el discreto cartel y a su vez unos pequeños arreglos florales… así las cosas, éste fotógrafo, ávido de rincones y escenas con encanto repara en ello y lo captura con su cámara según “el fragor” ya relatado más arriba… por tanto, ¿el
sujeto principal?... la bicicleta, claro, peroo… con su función… la del reclamo y a la vez… la entrada a la tienda para “poder explicarlo” peroo… ¿cómo no…? Mostrando el
entorno, no vaya a parecer que esos sillares son de “fibra de vidrio”… así que algo más de fachada y ¿como no? ese estupendo enlosado en "espina de pez" añadiendo además la información de la pendiente de la calle.
Así capturamos
texturas, en fachada y suelo, y
colores, importantísimos para entender la escena (por tanto nada de "blanco y negro" como alguno planteó) por la bicicleta, el cartel y los "verdes", pero también por
la luz de media tarde.
Sobre como esquivar a la gente ya no añadiré nada más. Pero tenedlo en cuenta para comprender el por qué de esa toma y su mérito. Suelo llevar en viajes un equipo “ligero” de dos cámaras y tres zooms priorizando el
ultra-granangular hasta 36mm equivalentes y el
telezoom a partir de 80mm… “abandonando” la zona intermedia salvo que haya escenas que me exijan usar el
zoom de focales “normales”… por tanto, volviendo a la escena… “a huevo” para el
9-18mm, abro focal, meto profundidad a la escena y me permito acercarme a la bicicleta y dotarla del protagonismo que tiene pero sin aislarla del entorno como más de uno ha propuesto.
Adjudicados los
papeles y la relevancia a los elementos, veamos como se solucionó el
diálogo compositivo entre ellos.
Llegado éste punto quiero decir que por supuesto alguna de las líneas no está exactamente “dónde debería”, faltaría más… pero si que lo están muy aproximadamente en unos casos y exactamente en otros, lo que dice mucho del por qué, instintivamente la escena fue compuesta de esa manera.
Si os fijáis, la línea A-A´ divide el
rectángulo cuatro tercios en un
cuadrado perfecto hacia abajo que nos ayuda a ver que ¡oh!... ¿casualidad? la línea B-B´ de intersección de fachada y suelo es una línea que lo divide en d
os partes iguales pasando por el centro mismo (ver las diagonales del cuadrado dibujadas a trazos, en verde).
En ese mismo punto (centro del cuadrado) que además acoge prácticamente el centro de la rueda trasera de la bicicleta se inicia el dibujo ascendente del intradós del umbral de la entrada que se invierte mediante el arco de medio punto que enmarca una puerta roja y la oscuridad del interior (oscuridad cuyas sombras quise levantar al máximo, permitiéndome acercarme a quemar las inevitables partes lacadas en blanco de la bicicleta, que en el archivo original tienen información pero que abandoné conscientemente al tratar el JPG por considerarlas un área muy menor de la fotografía).
El
eje real de simetría de esa entrada, la línea D-D´, que contiene además
el centro de los arcos del trasdós y el intradós está casi exactamente en la
línea vertical izquierda “de los tercios” y dicho centro (punto 6, en azul) de nuevo, está exactamente en el corte con la
línea superior “de los tercios” que no está dibujada…
Más cosas… si bajamos esa línea D-D´ hasta el suelo de la calle vemos que se encuentra con la hilada de losas que… ¡otra curiosidad! viene a fugar a la esquina 3 del cuadro, relacionando por tanto a la puerta y sus elementos menores con una de las esquinas.
¿Qué más tenemos…? A ver… la
segunda línea vertical “de tercios”, la derecha, dibujada como E-E´ (ésta no está exactamente en el tercio) viene a corresponderse con la junta, bien marcada entre el edifico de la tienda y el adyacente y además en su recorrido nos conduce a la vertical de la horquilla de la bicicleta pasando hasta el punto 7, en azul, que esta (aunque no exactamente) con el otro punto de interés de las líneas de tercios y que se podría decir contiene al otro elemento protagonista de la imagen que es la bicicleta pues en su vertical además tenemos “el punto gordo” 10, dibujado en marrón y que es la cesta de la bicicleta, que contiene “los verdes” de la escena (los centros florales) que a su vez nos llevan a través de 9, el sillín, hasta el otro “punto verde” de la imagen, la jardinera pequeña dibujada en 8, en marrón y que está en el suelo del umbral.
Por tanto, de lo mucho que ya tenemos, nos encontramos además que el centro del arco de la puerta y el “meollo” de la bicicleta,
los principales protagonistas de la escena están donde tienen que estar, en l
os puntos de interés según la regla de los tercios y además relacionados con las esquinas inferiores del cuadro, la puerta mediante la línea F-F´ hasta la esquina 3 y la bicicleta mediante su proyección en el suelo, la línea C-C´ fugando hasta la esquina 4, abajo a la derecha.
A menudo procuro “
utilizar todas las fugas” y no es casualidad que “la cantidad” de calle que permití incluir a la izquierda (justo hasta donde empezaba a aparecer “la señora” hiciera coincidir el “pequeño lío” de ventanas y balcones con una marcada línea vertical en la fachada que se fuga justo hacia la esquina 1 del cuadro, arriba a la izquierda.
Y la otra , ésta más difícil de ver, la de la esquina 2, que es precisamente la línea entre dos llagas de los sillares en zigzag que enmarcan a la diagonal del rectángulo superior que nos quedaba al dividir el cuatro-tercios mediante la línea A-A´.
Por último, queda relacionar otros dos elementos relevantes de la imagen y que son el cartel rosa que como se ve, se “cuelga” de la línea A-A´ hacia abajo en la vertical de la bicicleta con la que comparte protagonismo por color y el cartel negro cuya proyección sobre la pared en el punto 5, en azul, está perfectamente alineada con los 6 y 7 que ya hemos dicho que son los puntos de interés según la regla de los tercios y
la diagonal de la imagen.
Para terminar:
En fin, quizá pueda parecer excesivo y quizá lo sea pero ya que al suscitarse los
comentarios y empezar a hacer yo el
análisis lo vi tan claro, pues me pareció que podía resultar enriquecedor el compartir todos los resultados con vosotros.
Yo siempre he dicho que
las fotos están ahí y por tanto también lo están sus elementos y como se disponen y relacionan en la composición y que
sólo hay que verlas (y procurar llevar siempre una cámara con nosotros…) por lo que en principio no hay por que escudriñarlas “in situ” pero sí, tener “la mirada” y la sensibilidad preparadas para sentir su atracción y dejarnos seducir por ellas pues cuando esto ocurre, de un modo latente hay todo un diálogo entre las partes que hará que el resultado sea atractivo, quizá no para todos o ni siquiera para unos pocos pero al menos sí… para su autor.
Por todo ello, honestamente,
deberemos procurar hacer fotografía “de autor”, aunque sea… “de autor mediocre” pues como vemos, a veces… merece la pena.