El otro día me hubiese podido despachar a gusto con estas decenas de gaviotas posadas a la luz del atardecer, si no fuera porque cuando alcancé la explanada, apareció por el otro extremo un cretino (no precisamente jovencito :) dando palmadas para espantarlas. Solo me dio tiempo a ver cómo salían por alas. Lo curioso del caso es que detrás del susodicho aparecieron dos más jóvenes, réflex en mano, que iban con él y ¡¡le rieron la gracia!! Lo flipé en colores :'(. En fin, salió esto:
Saludos.
Saludos.