Mucha gente tiende a comprar cámaras de muchos pixeles porque creen que así obtendrán mejores imágenes. Lo que suelen ignorar es que la cámara solo es uno de los componentes del sistema, que incluye los objetivos, el software de revelado, el trípode y, sobre todo, la técnica fotográfica.
La semana pasada estuve fotografiando con varios amigos y pude probar muy diversos equipos, desde una Stylus-1 de 12M a una PhaseOne de 60, pasando por una Fuji X-T1 de 16, una Pentax K-3 de 24 y una Nikon 810 de 36. Los objetivos utilizados eran todos de categoría alta, tanto fijos como zoom.
La primera conclusión es que, a medida que aumentan los megapixeles, la técnica fotográfica debe ser más sofisticada para sacar todo el rendimiento al equipo. Por ejemplo, con la Nikon 810 teníamos que utilizar la elevación del espejo, esperar unos segundos, y activar el obturador electrónico en la primera cortinilla para evitar vibraciones que arruinan la nitidez. Y todo ello sobre un robusto trípode Gizto de fibra de carbono. Y en la PhaseOne todo esto elevado al cubo.
La segunda conclusión es que los sensores actuales exigen objetivos muy buenos, y cuanto mayor número de pixels mejor calidad debe tener el objetivo. He visto a gente usar una Nikon 800E con un objetivo de kit a mano alzada, y eso es como poner gasolina de 82 octanos a un Ferrari. Nosotros utilizamos buenos objetivos aunque alguno estaba justo en el límite de la capacidad de resolución del sensor.
Todo este rollo me lleva a concluir que, si lo que queremos es divertirnos con la fotografía y obtener buenas fotos, los sistemas m43 son los más equilibrados: exigen buena técnica pero soportan muchas burradas, los sensores son muy buenos y los objetivos excelentes. Ir a equipos más caros y con sensores más grandes o de más pixeles solo se justifica en casos muy particulares (muy poca luz, grandes ampliaciones para galerías,...) y necesitamos un período de aprendizaje muy elevado.
Al final, de todos los equipos que probé el que más me gustó fue la Stylus (una cámara "gamberra" y divertida) aunque la más equilibrada fue la Fuji. Pero me sigo quedando con las OMD.
La semana pasada estuve fotografiando con varios amigos y pude probar muy diversos equipos, desde una Stylus-1 de 12M a una PhaseOne de 60, pasando por una Fuji X-T1 de 16, una Pentax K-3 de 24 y una Nikon 810 de 36. Los objetivos utilizados eran todos de categoría alta, tanto fijos como zoom.
La primera conclusión es que, a medida que aumentan los megapixeles, la técnica fotográfica debe ser más sofisticada para sacar todo el rendimiento al equipo. Por ejemplo, con la Nikon 810 teníamos que utilizar la elevación del espejo, esperar unos segundos, y activar el obturador electrónico en la primera cortinilla para evitar vibraciones que arruinan la nitidez. Y todo ello sobre un robusto trípode Gizto de fibra de carbono. Y en la PhaseOne todo esto elevado al cubo.
La segunda conclusión es que los sensores actuales exigen objetivos muy buenos, y cuanto mayor número de pixels mejor calidad debe tener el objetivo. He visto a gente usar una Nikon 800E con un objetivo de kit a mano alzada, y eso es como poner gasolina de 82 octanos a un Ferrari. Nosotros utilizamos buenos objetivos aunque alguno estaba justo en el límite de la capacidad de resolución del sensor.
Todo este rollo me lleva a concluir que, si lo que queremos es divertirnos con la fotografía y obtener buenas fotos, los sistemas m43 son los más equilibrados: exigen buena técnica pero soportan muchas burradas, los sensores son muy buenos y los objetivos excelentes. Ir a equipos más caros y con sensores más grandes o de más pixeles solo se justifica en casos muy particulares (muy poca luz, grandes ampliaciones para galerías,...) y necesitamos un período de aprendizaje muy elevado.
Al final, de todos los equipos que probé el que más me gustó fue la Stylus (una cámara "gamberra" y divertida) aunque la más equilibrada fue la Fuji. Pero me sigo quedando con las OMD.