Algo que aprendí, a base de golpes y collejas, de la fotografía digital es que el verde es un color difícil. No sé si es porque hay doble de sensores para la luz verde que para el rojo y el azul (en realidad un filtro que se coloca delante del sensor, creo que bautizado como matriz de Bayer, para que así ocurra) o por algún extraño comportamiento de los visualizadores de imágenes. Pero si ya es fácil tender a sobre-saturar, en el caso del verde es muy fácil que cobre el color del vede plástico tipo el cesped artificial (antes de que lo ensucie el mundo hostil).
No es el caso de estas tres imágenes, maese, y yo diría que están muy naturales o que admitirían jugar con la saturación y subrla un ápice. Donde la veo subida (la saturación) es en ese carro de la compra, donde esos rosa-púrpura-magenta destaca muy por encima del resto. Pero no desmerece. También me dijeron que, esa especie de "exoesqueleto" que tiene las plantas (¿Se llama cutícula?) hace que la luz refleje de forma "impertinente" cuando la luz incide directamente. Obviamente no es el caso, o yo no lo observo.
Resumiendo, olvídate del verde en esta ocasión, porque si de algo peca es de natural.
Y respecto a la lluvia en tierra gallega y lo que consigue transmitir no hablaré, porque de eso ya hablaron búhos, lechuzas, sapos y brujas;
demonios, duendes y diablos; espíritus de las vegas llenas de niebla, cuervos, salamandras y hechiceras; rabo erguido de gato negro y todos los hechizos de las curanderas ...
Así que guardemos fuerzas para poder oir la continuación en boca de nuestro maese, en preludio a la queimada.