Hay una época en la vida en que los mozos nos fijamos en las "curvas". Y crecemos, y cumplimos años al tiempo que otras curvas toman nuestro cuerpo. Y entonces, uno empieza a preocuparse por las líneas rectas y la geometría. Debe ser por eso que me gustan tus fotos, porque están llenas de líneas rectas que siempre convergen de una forma peculiar. Y no contento con eso, también sabes volver a ese barroco retorcido de una "ermita" GRANDE que tenemos en el pueblo, o lo rocambolesco de unas obras o una estación. Siempre sin gente, o con muy poca, como si de un mundo inhabitado se tratara.
Enhorabuena, vecino. Una estupenda tarjeta-presentación acompañada de una sensacional colección de imágenes.