Brujas en uno de esos lugares de culto al que conviene ir predispuesto a contemplar un sitio de singular arquitectura, al tiempo que permite adorar estupendas elaboraciones de los hermanos trapenses en sus monasterios de Orval y Chimay. Algún otro producto trapense hay con los que deleitarse, pero son éstas dos que me gustan. La oferta se amplía con las llamadas de "abadía", pero de esto ya hablaremos otro día y en un foro dedicado a la adoración, disfrute y degustación de los derivados de los diferentes tipos de malta, así como de su elaboración.
La foto, de acabado "hachederrista" es chula. Quizá muy de "postal", y no nos muestra esa parte singular de la arquitectura en la que te sueles fijar y que hacen singulares a tus tomas. Claro que en un viaje de trabajo se pierde ese tiempo fantástico para callejear, cámara al cuello, observando los detalles. El cielo es el estándar en un lugar donde debe llover más de 300 días al año (creo no exagerar) y da de sí lo que puede, pero hasta lo que yo recuerdo del lugar, la toma muestra esa especial luz que tiene el territorio centroeuropeo. Yo aprendí a mirar nubes allí, en un viaje de trabajo hace ya un tiempo, al tiempo que observé las diferencias entre esa mitad valona y la otra flamenca.
Una buena estampa de unos de esos rincones entrañables de Brujas a la que yo, en particular, echo de menos tu visión de las líneas que forma la arquitectura.