Hola a todos, foteros en general y olympistas en particular. Estuve en este foro en tiempo anterior pero no atiné a participar activamente, la timidez me puede.
Os cuento de dónde vengo. Empecé con una Kodak Fiesta, que aún conservo, luego una Werlisa, una Baldinet de fuelle (eso era ya una cámara), y una Practica LLC. Empecé a comprar algún cristal de M42, luego me fui a Pentax y descubrí unas ópticas extraordinarias. Ingresé en la cofradía del 6x6 de la mano de una Zenza EC de segundas y de unos Nikkor estupendos. Con ellos disfruté lo indecible a pesar del peso de mi maleta y de las quejas de mi espalda. Un mal día sufrí un robo que para mi humilde economía fue brutal, entraron en mi estudio y me desplumaron el 135 y el 6x6 completos. Esto me alejó, como no, del mundo de la foto durante una buena temporada. Un día se me acercó una OM2 que buscaba compañía y se quedó conmigo. Le fui comprando cristales y ella, agradecida me proporcionó imágenes y experiencias memorables. Desde entonces sigo con Olympus, ahora en digital, y seguramente seguiré así hasta que el mundo deje de girar o de hacer fotos.
Soy, seguro, mayor que muchos y más ignorante que la mayoría. He colgado fotos en salas de exposición, he participado en concursos, he hecho de primo que hace fotos y no las cobra. Me he ganado la vida con la foto durante unas épocas y me ha servido de terapia en otras. He paseado por la foto de calle, el bodegón artístico, el publicitario, el comercial catalogista, la arquitectura, el interiorismo, el paisaje y, en mi época más dura, los conciertos de músicos buenos, no tan buenos y marmóreos. Y sigo sin saber lo suficiente.
La fotografía me ha resultado una amante atractiva y exigente, también adictiva, es difícil deshacerse de ella sin una permanente melancolía.
Quizá por todo ello no la he llegado a dejar nunca y de un tiempo a esta parte viene a mi reencuentro desde una revolucionada modernidad digital que no me hace olvidar las largas noches de luz inactínida y penuria económica.
Mi nick es “Polifem” el cíclope de un ojo que se enfrentó a Ulises a su vuelta de Troya, gigante agresivo que veía en dos dimensiones un mundo de tres. Este nombre es también homenaje a otro Polifemo que escribía artículos en la revista Arte Fotográfico en los años 70 y 80 y que enseñaba grandes cosas desde una envidiable sencillez de exposición y una fina ironía. En fin ya me he pasado mucho escribiendo. Gracias por vuestra paciencia. Ah, y gracias a mackote por sus aclaraciones.
Saludos a todos.
Os cuento de dónde vengo. Empecé con una Kodak Fiesta, que aún conservo, luego una Werlisa, una Baldinet de fuelle (eso era ya una cámara), y una Practica LLC. Empecé a comprar algún cristal de M42, luego me fui a Pentax y descubrí unas ópticas extraordinarias. Ingresé en la cofradía del 6x6 de la mano de una Zenza EC de segundas y de unos Nikkor estupendos. Con ellos disfruté lo indecible a pesar del peso de mi maleta y de las quejas de mi espalda. Un mal día sufrí un robo que para mi humilde economía fue brutal, entraron en mi estudio y me desplumaron el 135 y el 6x6 completos. Esto me alejó, como no, del mundo de la foto durante una buena temporada. Un día se me acercó una OM2 que buscaba compañía y se quedó conmigo. Le fui comprando cristales y ella, agradecida me proporcionó imágenes y experiencias memorables. Desde entonces sigo con Olympus, ahora en digital, y seguramente seguiré así hasta que el mundo deje de girar o de hacer fotos.
Soy, seguro, mayor que muchos y más ignorante que la mayoría. He colgado fotos en salas de exposición, he participado en concursos, he hecho de primo que hace fotos y no las cobra. Me he ganado la vida con la foto durante unas épocas y me ha servido de terapia en otras. He paseado por la foto de calle, el bodegón artístico, el publicitario, el comercial catalogista, la arquitectura, el interiorismo, el paisaje y, en mi época más dura, los conciertos de músicos buenos, no tan buenos y marmóreos. Y sigo sin saber lo suficiente.
La fotografía me ha resultado una amante atractiva y exigente, también adictiva, es difícil deshacerse de ella sin una permanente melancolía.
Quizá por todo ello no la he llegado a dejar nunca y de un tiempo a esta parte viene a mi reencuentro desde una revolucionada modernidad digital que no me hace olvidar las largas noches de luz inactínida y penuria económica.
Mi nick es “Polifem” el cíclope de un ojo que se enfrentó a Ulises a su vuelta de Troya, gigante agresivo que veía en dos dimensiones un mundo de tres. Este nombre es también homenaje a otro Polifemo que escribía artículos en la revista Arte Fotográfico en los años 70 y 80 y que enseñaba grandes cosas desde una envidiable sencillez de exposición y una fina ironía. En fin ya me he pasado mucho escribiendo. Gracias por vuestra paciencia. Ah, y gracias a mackote por sus aclaraciones.
Saludos a todos.