Resulta sencillo convencer a un pulpo de que pose para una sesión de fotos. Tan solo es necesario darle un poco de comida y no hacer movimientos bruscos. Después se muestran satisfechos y permiten meter el objetivo a un palmo de su cara. Eso sí, ojito con la cámara: el flash les atrae mucho y son capaces de robártela y salir zumbando en un santiamén.
P1033823 by maurici romero, en Flickr
P1033822 by maurici romero, en Flickr
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