Estaba algo cansado después de más de cuatro horas paseando por la ciudad así es que se preparó un tentempié, se acomodó en el sofá y liberando la impaciencia y el entusiasmo contenidos hasta entonces, se dispuso a disfrutar del momento cumbre: contemplar el resultado de su excursión fotográfica en la pantalla de 50 pulgadas del salón.
Las imágenes empezaron a sucederse en la pantalla, algunas ya no las recordaba, trataba de anticipar otras concretas en las que tenía depositadas sus esperanzas, pero según iban avanzando iba tomando cuerpo un cierto desánimo, definitivamente las fotografías captadas no respondían a sus expectativas. No acababa de adaptarse a la nueva cámara, quizás debería haber comprado el modelo superior pero es que el precio ya subía demasiado, tal vez sea el objetivo, ya se sabe que el que viene con el kit no es gran cosa, quizás no las haya hecho bien. Tomó el manual de la cámara que estaba sobre la mesa y leyó por enésima vez:
La fotografía tiene que estar en la cabeza del fotógrafo antes que en la cámara, esta ha sido siempre la regla esencial para un fotógrafo y a partir de ahora será la única. Cuando contemple una escena que desea fotografiar, visualice el encuadre, el tipo de iluminación que desea para la foto y cuando tenga claro que esa imagen que tiene en su mente es la que desea plasmar en su fotografía cierre los ojos durante un periodo de tiempo superior a un parpadeo y la cámara realizará el disparo.
El modelo SENS TT100 de Olympus se adapta cómodamente a su cabeza como un gorro, incorpora sensores neuronales de última generación que proporcionan la más alta sensibilidad y velocidad de transmisión.
El objetivo esférico Z500 que se proporciona con la cámara le permite aproximar al primer plano sujetos situados hasta 50 m de distancia, así como enfocar a una distancia mínima de 5 cm. Se mueve automáticamente en la dirección de sus ojos pues recibe las órdenes de su cerebro a la vez que éstos. Situado sobre su frente es tan ligero que ni siquiera notará que lo lleva.
Con la nueva serie SENS de Olympus solo tiene que imaginar la fotografía que desea hacer, la cámara se encargará de realizarla ajustando automáticamente los parámetros necesarios para que coincida exactamente con lo que usted ha imaginado.
Ya, pensó, pero al final el resultado sigue siendo el mismo que con las viejas digitales: si en cada excursión fotográfica sacas una o dos fotos que después de retocarlas con el Photoshop 2045 te parecen buenas, te puedes dar con un canto en los dientes.
Las imágenes empezaron a sucederse en la pantalla, algunas ya no las recordaba, trataba de anticipar otras concretas en las que tenía depositadas sus esperanzas, pero según iban avanzando iba tomando cuerpo un cierto desánimo, definitivamente las fotografías captadas no respondían a sus expectativas. No acababa de adaptarse a la nueva cámara, quizás debería haber comprado el modelo superior pero es que el precio ya subía demasiado, tal vez sea el objetivo, ya se sabe que el que viene con el kit no es gran cosa, quizás no las haya hecho bien. Tomó el manual de la cámara que estaba sobre la mesa y leyó por enésima vez:
La fotografía tiene que estar en la cabeza del fotógrafo antes que en la cámara, esta ha sido siempre la regla esencial para un fotógrafo y a partir de ahora será la única. Cuando contemple una escena que desea fotografiar, visualice el encuadre, el tipo de iluminación que desea para la foto y cuando tenga claro que esa imagen que tiene en su mente es la que desea plasmar en su fotografía cierre los ojos durante un periodo de tiempo superior a un parpadeo y la cámara realizará el disparo.
El modelo SENS TT100 de Olympus se adapta cómodamente a su cabeza como un gorro, incorpora sensores neuronales de última generación que proporcionan la más alta sensibilidad y velocidad de transmisión.
El objetivo esférico Z500 que se proporciona con la cámara le permite aproximar al primer plano sujetos situados hasta 50 m de distancia, así como enfocar a una distancia mínima de 5 cm. Se mueve automáticamente en la dirección de sus ojos pues recibe las órdenes de su cerebro a la vez que éstos. Situado sobre su frente es tan ligero que ni siquiera notará que lo lleva.
Con la nueva serie SENS de Olympus solo tiene que imaginar la fotografía que desea hacer, la cámara se encargará de realizarla ajustando automáticamente los parámetros necesarios para que coincida exactamente con lo que usted ha imaginado.
Ya, pensó, pero al final el resultado sigue siendo el mismo que con las viejas digitales: si en cada excursión fotográfica sacas una o dos fotos que después de retocarlas con el Photoshop 2045 te parecen buenas, te puedes dar con un canto en los dientes.