Una toma de estas que, de seguir la moda por lo políticamente correcto, pronto podrían prohibir por mostrar a alguien fumando. Así que enhorabuena por saber plasmar un "costumbrismo", ultimamente muy criticado, pero que no solo definió un momento en la historia sino que fue aplaudido por galenos de afamada reputación.
Hoy, aunque no en extinción, solo puede observarse en las puertas de los trabajos, parques y algunos bares (muchos, pero no todos).
Estupendo retrato costumbrista, de un rostro por el que el paso deltiempo ha dejado huella y que de forma serena saborea ese pitillo sobre el que cualquiera le dirá "abuelo, fumar no es bueno". Me gustan el juego se sombras y el momento en que parece mirar al infinito mientras inhala el humo e la última calada.
Yo hasta diría que la imagen por sí sola cuenta no una, sino muchas historias.