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Neviros
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Este texto es una adaptación de una entrada en el blog personal de un internauta. Es bastante largo así que recomiendo al lector que si tiene poco tiempo o pocas ganas de leer, lo deje para otro momento. El original hace referencia a las guitarras electricas (aquí el link http://jose.gs/gas-guitar-acquisition-syndrome/) pero me hecho tanta gracia al leerlo que he creído conveniente (y acertado) adaptarlo a nosotros. Seguro que más de uno se siente identificado.
C.A.S. son las siglas de “Cámera Adquisition Syndrome” o “Síndrome de adquisición de cámaras” traducido al castellano. Se trata de una afección padecida por gran número de fotógrafos que se sufre en forma de ataques y que, inicialmente, se manifiesta como una ansiedad temporal por la compra de una o varias cámaras u objetivos, pero que en sus estados más graves lleva a la compra compulsiva y reiterada de material fotográfico de todo tipo de forma crónica.
El proceso de esta enfermedad es similar al de la malaria; repentinamente se presenta un ataque de fiebres, que pueden ser de diversa intensidad y que remiten tras un periodo de tiempo o tras ser debidamente tratadas hasta el siguiente ataque.
Síntomas
El cuadro sintomático de los ataques de C.A.S. suele ser común en todos los pacientes: Sudoración y salivación excesiva al contemplar fotos de cámaras en revistas o escaparates, estados de ansiedad, nerviosismo, insomnio, jaquecas y episodios esquizofrénicos en los cuales el sujeto hace cálculos mentales infinitos con el dinero que tiene ahorrado, el que va a ganar y el que cree que va a sacar vendiendo otras cámaras u objetos.
No existe una opinión consensuada sobre el punto en el que el C.A.S. pasa de ser un ataque agudo y transitorio a una afección grave y crónica. Algunos expertos establecen el límite en el momento en el que el individuo tiene en su poder 10 cámaras u objetivos. Otros expertos creen que el número de cámaras y objetivos no influye y apuntan al número de veces que se realiza una transacción de venta y compra de una cámara en un periodo relativamente corto en el tiempo. Comprar dos o tres cámaras al año puede implicar un estado de C.A.S. crónico. En casos más graves se llega a vender una cámara y a comprar otra incluso antes de haberle vaciado la primera tarjeta.
Causas
El C.A.S. puede estar causado por diversos motivos. Como todos nosotros sabemos, todos los modelos de cámara son diferentes. Esto es especialmente cierto en el caso de las cámaras digitales, que ofrecen diferencias en el rango dinámico, tratamiento del ruido, gestión del color, etc. Una misma fotografía sacada con dos cámaras puede arrojar resultados finales muy diferentes.
Igualmente cada objetivo tiene una diferente utilidad de uso. Hay objetivos pensados para unos tipos de fotografía y otros enfocados hacia otras formas de utilizar la cámara totalmente opuestas.
El impacto visual del equipo en la retina del paciente es otra causa generalmente asociada a los procesos de salivación excesiva descritos en el cuadro de síntomas.
La suma de estos factores puede llevar a que el individuo quiera disponer de diversos modelos de cuerpos u ópticas y acabe afectado de C.A.S.
Hay que diferenciar los casos en los que es salubre y normal. En el caso de un estudio fotográfico sería adecuado tener distintos cuerpos para disponer de una mayor variedad a la hora de realizar trabajos.
En el caso de un fotógrafo profesional también sería salubre; no sólo necesita su propio material sino que además puede necesitar varias cámaras idénticas para calzar en ellas diferentes ópticas, para cubrir con ellas la mayor cantidad de situaciones posibles y con el fin de acceder a ellas con rapidez y agilidad en casos en los que sea necesario captar muchos momentos distintos y detalles, como por ejemplo en una boda, en lo cual podríamos contar con un teleobjetivo y un angular colgado al cuello (por ejemplo).
El C.A.S. suele acarrear consecuencias más graves en el caso de fotógrafos y aficionados particulares, cuyos ingresos no vienen de la fotografía. En estos casos se suelen sumar más causas.
Una de ellas se deriva del proceso de aprendizaje. Este es un proceso que tiene continuos altibajos; hay momentos en los que se avanza mucho y hay otros momentos en los cuales el individuo se queda atascado y no avanza. En estos momentos de atasco es cuando el individuo puede llegar a creer que adquiriendo una nueva cámara u óptica avanzará más al estar más motivado y disponer de una mayor paleta focal para poder esparcirse por otros géneros fotográficos.
Otra causa similar es el trastorno bipolar común en muchos fotógrafos. Como todos sabemos, el llamado trastorno bipolar es el trastorno del estado de ánimo, que cuenta con períodos de depresión repetitivos (fases depresivas) que se alternan con temporadas de gran euforia (fases maníacas). Estas fases maníacas de euforia pueden complicarse con un cuadro de C.A.S.
Igualmente hay que apuntar a los trastornos de personalidad múltiple o desdoblamientos de personalidad como causa del C.A.S. En estos casos el individuo se ve a sí mismo en la imagen de otros fotógrafos y consciente o inconscientemente asume su rol creyendo ser el artista con el que se identifica. Comprar una Leica creyendo ser Cartier-Bresson o buscar por todos los medios la oportunidad de viajar a un país en conflicto armado asumiendo el rol de Robert Capa.
Finalmente está el consumismo que aqueja a toda nuestra sociedad y nos lleva a no valorar lo que tenemos y a querer tener siempre más; más coches, más casas, más guitarras, más objetivos.
Complicaciones
El C.A.S. puede llegar a presentar múltiples complicaciones que pone en relieve lo complejo de la afección.
Objetivitis: Aunque la compra de objetivos se asocia directamente al C.A.S. es habitual el caso del aficionado que sobre un mismo cuerpo es capaz de calzar hasta 7 objetivos diferentes en una misma salida. Si el cuerpo en sí se mantiene durante muchos años y el objeto de deseo del fotógrafo son las lentes, hablaremos de un caso de “Objetivitis”
Tripoditis: Muy asociado a los aficionados al macro y a la fotografía nocturna. Se basa en la paranoia constante de el trípode se mueve y trepida la foto. Suele ir de la mano de una revisión compulsiva de las tiendas dedicadas al tema en Internet y de la realización de un estudio detallado de los materiales que componen el trípode con el fin de detallar cuantos nudos de viento puede soportar el titanio o la fibra de carbono.
Se han llegado a documentar casos en los que el afectado ha llegado a colgar un bloque de hormigón en el trípode para ganar peso, atornillar los piés a una roca e incluso el caso extremo de un aficionado que aseguraba que los movimientos telúricos del planeta al girar afectaban a sus macros de mariposas.
A.A.S.: Accesorios Adquisition Syndrome. No sustituye al C.A.S. pero suele alternarse con él por temporadas. Este síndrome lleva al aficionado a comprar todo tipo de complementos de forma impulsiva, porque lo ha visto en una revista, en Internet, o porque algún compañero lo ha nombrado en un foro, necesite el accesorio o no. En este apartado caben desde un “grip” hasta lentes de aproximación, pasando por intervalómetros, filtros de todo tipo, correas, etc. Resulta curioso que en gran parte de los casos estos accesorios son utilizados apenas un par de semanas para luego ser abandonados en el fondo de la mochila o en un armario hasta que son recuperados para ser vendidos, seguramente para financiar el siguiente ataque de C.A.S.
Prevención
Los ataques agudos de C.A.S. pueden ser calmados con terapias de auto-control, reflexión e incluso terapias de grupo.
Hay que pensar que el equipo necesita un mantenimiento y que no puede ser almacenado, guardado en sus cajas o puestos en una vitrina sin más. Las cámaras han de ser utilizadas de forma regular y con su uso habitual se evita que cojan una capa de roña que pueda afectar a sus circuitos.
La inversión económica que conlleva el C.A.S. es otro punto importante sobre el que reflexionar para su prevención. Además de asumir firmemente la idea de que una cámara o una lente nueva no van a suplir nuestras carencias como fotógrafos.
Tratamiento
Aunque una vez que el C.A.S. se ha desarrollado en sus formas más severas rara vez tiene tratamiento efectivo, salvo la prescripción de internamiento en instituciones mentales del paciente, para administrar terapias de choque. Existen varias técnicas que pueden paliar sus consecuencias más graves.
El C.I.C.O. (Cámera In, Cámera Out) no se trata propiamente de un tratamiento sino de un parche para reducir los efectos nocivos del C.A.S. Consiste en vender una cámara siempre que se vaya a comprar otra, o vender un objetivo que no usemos para comprar otro que pensamos que vamos a usar, manteniendo un número lo más reducido posible de material. Es decir; tener por ejemplo siempre 2 cuerpos y vender uno para adquirir un tercero, o tener siempre 5 ópticas y vender una si se va a adquirir una sexta.
Museum Fundation. Consiste en la fundación de un museo para exponer todas las cámaras, objetivos y complementos del afectado. Aunque el enfermo puede seguir desarrollando su enfermedad ligado al museo, al menos su hábitat se ve libre de cámaras y el museo puede paliar los estragos económicos que acarrea el C.A.S. Si bien puede que uno solo individuo no tenga material suficiente como para hacer un museo, la iniciativa puede surgir como resultado de una terapia de grupo con varios pacientes.
Autor: Jose GS
Adaptación: Neviros
C.A.S. son las siglas de “Cámera Adquisition Syndrome” o “Síndrome de adquisición de cámaras” traducido al castellano. Se trata de una afección padecida por gran número de fotógrafos que se sufre en forma de ataques y que, inicialmente, se manifiesta como una ansiedad temporal por la compra de una o varias cámaras u objetivos, pero que en sus estados más graves lleva a la compra compulsiva y reiterada de material fotográfico de todo tipo de forma crónica.
El proceso de esta enfermedad es similar al de la malaria; repentinamente se presenta un ataque de fiebres, que pueden ser de diversa intensidad y que remiten tras un periodo de tiempo o tras ser debidamente tratadas hasta el siguiente ataque.
Síntomas
El cuadro sintomático de los ataques de C.A.S. suele ser común en todos los pacientes: Sudoración y salivación excesiva al contemplar fotos de cámaras en revistas o escaparates, estados de ansiedad, nerviosismo, insomnio, jaquecas y episodios esquizofrénicos en los cuales el sujeto hace cálculos mentales infinitos con el dinero que tiene ahorrado, el que va a ganar y el que cree que va a sacar vendiendo otras cámaras u objetos.
No existe una opinión consensuada sobre el punto en el que el C.A.S. pasa de ser un ataque agudo y transitorio a una afección grave y crónica. Algunos expertos establecen el límite en el momento en el que el individuo tiene en su poder 10 cámaras u objetivos. Otros expertos creen que el número de cámaras y objetivos no influye y apuntan al número de veces que se realiza una transacción de venta y compra de una cámara en un periodo relativamente corto en el tiempo. Comprar dos o tres cámaras al año puede implicar un estado de C.A.S. crónico. En casos más graves se llega a vender una cámara y a comprar otra incluso antes de haberle vaciado la primera tarjeta.
Causas
El C.A.S. puede estar causado por diversos motivos. Como todos nosotros sabemos, todos los modelos de cámara son diferentes. Esto es especialmente cierto en el caso de las cámaras digitales, que ofrecen diferencias en el rango dinámico, tratamiento del ruido, gestión del color, etc. Una misma fotografía sacada con dos cámaras puede arrojar resultados finales muy diferentes.
Igualmente cada objetivo tiene una diferente utilidad de uso. Hay objetivos pensados para unos tipos de fotografía y otros enfocados hacia otras formas de utilizar la cámara totalmente opuestas.
El impacto visual del equipo en la retina del paciente es otra causa generalmente asociada a los procesos de salivación excesiva descritos en el cuadro de síntomas.
La suma de estos factores puede llevar a que el individuo quiera disponer de diversos modelos de cuerpos u ópticas y acabe afectado de C.A.S.
Hay que diferenciar los casos en los que es salubre y normal. En el caso de un estudio fotográfico sería adecuado tener distintos cuerpos para disponer de una mayor variedad a la hora de realizar trabajos.
En el caso de un fotógrafo profesional también sería salubre; no sólo necesita su propio material sino que además puede necesitar varias cámaras idénticas para calzar en ellas diferentes ópticas, para cubrir con ellas la mayor cantidad de situaciones posibles y con el fin de acceder a ellas con rapidez y agilidad en casos en los que sea necesario captar muchos momentos distintos y detalles, como por ejemplo en una boda, en lo cual podríamos contar con un teleobjetivo y un angular colgado al cuello (por ejemplo).
El C.A.S. suele acarrear consecuencias más graves en el caso de fotógrafos y aficionados particulares, cuyos ingresos no vienen de la fotografía. En estos casos se suelen sumar más causas.
Una de ellas se deriva del proceso de aprendizaje. Este es un proceso que tiene continuos altibajos; hay momentos en los que se avanza mucho y hay otros momentos en los cuales el individuo se queda atascado y no avanza. En estos momentos de atasco es cuando el individuo puede llegar a creer que adquiriendo una nueva cámara u óptica avanzará más al estar más motivado y disponer de una mayor paleta focal para poder esparcirse por otros géneros fotográficos.
Otra causa similar es el trastorno bipolar común en muchos fotógrafos. Como todos sabemos, el llamado trastorno bipolar es el trastorno del estado de ánimo, que cuenta con períodos de depresión repetitivos (fases depresivas) que se alternan con temporadas de gran euforia (fases maníacas). Estas fases maníacas de euforia pueden complicarse con un cuadro de C.A.S.
Igualmente hay que apuntar a los trastornos de personalidad múltiple o desdoblamientos de personalidad como causa del C.A.S. En estos casos el individuo se ve a sí mismo en la imagen de otros fotógrafos y consciente o inconscientemente asume su rol creyendo ser el artista con el que se identifica. Comprar una Leica creyendo ser Cartier-Bresson o buscar por todos los medios la oportunidad de viajar a un país en conflicto armado asumiendo el rol de Robert Capa.
Finalmente está el consumismo que aqueja a toda nuestra sociedad y nos lleva a no valorar lo que tenemos y a querer tener siempre más; más coches, más casas, más guitarras, más objetivos.
Complicaciones
El C.A.S. puede llegar a presentar múltiples complicaciones que pone en relieve lo complejo de la afección.
Objetivitis: Aunque la compra de objetivos se asocia directamente al C.A.S. es habitual el caso del aficionado que sobre un mismo cuerpo es capaz de calzar hasta 7 objetivos diferentes en una misma salida. Si el cuerpo en sí se mantiene durante muchos años y el objeto de deseo del fotógrafo son las lentes, hablaremos de un caso de “Objetivitis”
Tripoditis: Muy asociado a los aficionados al macro y a la fotografía nocturna. Se basa en la paranoia constante de el trípode se mueve y trepida la foto. Suele ir de la mano de una revisión compulsiva de las tiendas dedicadas al tema en Internet y de la realización de un estudio detallado de los materiales que componen el trípode con el fin de detallar cuantos nudos de viento puede soportar el titanio o la fibra de carbono.
Se han llegado a documentar casos en los que el afectado ha llegado a colgar un bloque de hormigón en el trípode para ganar peso, atornillar los piés a una roca e incluso el caso extremo de un aficionado que aseguraba que los movimientos telúricos del planeta al girar afectaban a sus macros de mariposas.
A.A.S.: Accesorios Adquisition Syndrome. No sustituye al C.A.S. pero suele alternarse con él por temporadas. Este síndrome lleva al aficionado a comprar todo tipo de complementos de forma impulsiva, porque lo ha visto en una revista, en Internet, o porque algún compañero lo ha nombrado en un foro, necesite el accesorio o no. En este apartado caben desde un “grip” hasta lentes de aproximación, pasando por intervalómetros, filtros de todo tipo, correas, etc. Resulta curioso que en gran parte de los casos estos accesorios son utilizados apenas un par de semanas para luego ser abandonados en el fondo de la mochila o en un armario hasta que son recuperados para ser vendidos, seguramente para financiar el siguiente ataque de C.A.S.
Prevención
Los ataques agudos de C.A.S. pueden ser calmados con terapias de auto-control, reflexión e incluso terapias de grupo.
Hay que pensar que el equipo necesita un mantenimiento y que no puede ser almacenado, guardado en sus cajas o puestos en una vitrina sin más. Las cámaras han de ser utilizadas de forma regular y con su uso habitual se evita que cojan una capa de roña que pueda afectar a sus circuitos.
La inversión económica que conlleva el C.A.S. es otro punto importante sobre el que reflexionar para su prevención. Además de asumir firmemente la idea de que una cámara o una lente nueva no van a suplir nuestras carencias como fotógrafos.
Tratamiento
Aunque una vez que el C.A.S. se ha desarrollado en sus formas más severas rara vez tiene tratamiento efectivo, salvo la prescripción de internamiento en instituciones mentales del paciente, para administrar terapias de choque. Existen varias técnicas que pueden paliar sus consecuencias más graves.
El C.I.C.O. (Cámera In, Cámera Out) no se trata propiamente de un tratamiento sino de un parche para reducir los efectos nocivos del C.A.S. Consiste en vender una cámara siempre que se vaya a comprar otra, o vender un objetivo que no usemos para comprar otro que pensamos que vamos a usar, manteniendo un número lo más reducido posible de material. Es decir; tener por ejemplo siempre 2 cuerpos y vender uno para adquirir un tercero, o tener siempre 5 ópticas y vender una si se va a adquirir una sexta.
Museum Fundation. Consiste en la fundación de un museo para exponer todas las cámaras, objetivos y complementos del afectado. Aunque el enfermo puede seguir desarrollando su enfermedad ligado al museo, al menos su hábitat se ve libre de cámaras y el museo puede paliar los estragos económicos que acarrea el C.A.S. Si bien puede que uno solo individuo no tenga material suficiente como para hacer un museo, la iniciativa puede surgir como resultado de una terapia de grupo con varios pacientes.
Autor: Jose GS
Adaptación: Neviros